Instalar y actualizar software antivirus y antimalware.
Implementar firewalls y sistemas de detección y prevención de intrusiones.
Capacitar a los empleados sobre las mejores prácticas de seguridad, como no abrir correos electrónicos sospechosos.
Realizar copias de seguridad regulares de los datos críticos.
Mantener el software y los sistemas operativos actualizados con los últimos parches de seguridad.